Salud en el hogar: el riesgo del “médico invisible”

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Botiquín. (Fuente: fotografía de CharoSaa en http://www.wikimedia.com)

Educar para la salud tiene nuevas exigencias con la llegada de internet, ya que la acumulación de medicamentos y la lectura de prospectos y notas sobre medicina, ahora al alcance de todos, son actitudes que pueden tener serias consecuencias.

 

Una labor comunitaria y solidaria

 

La educación para la salud difunde los factores que la ponen en riesgo, buscando que la sociedad tome conciencia del comportamiento que en este tema corresponde a cada individuo en la comunidad.

En las campañas a cargo de entidades públicas y privadas se difunden medidas de higiene, de inmunización, se alerta sobre los riesgos de la droga, el alcoholismo y el tabaquismo, se presentan orientaciones sobre régimen alimenticio, actividades para la salud, etcétera.

Todo lo que se haga al respecto es poco, y en esto juegan un rol muy importante, además de familia, institución educativa y gobierno, los medios de difusión: si presentan a quienes la juventud debe seguir como ejemplo y estos supuestos ídolos dañan su salud con hábitos nocivos llevarán a que su conducta sea imitada, con consecuencias negativas.

 

 

Transformar la vida con responsabilidad

 

Educar para la salud es un esfuerzo inútil si no cambiamos nuestra forma de vida, considerando que hay factores ambientales y de conducta como factor de riesgo.

Los medios no difunden lo suficiente una situación de riesgo que ha llegado con el uso de internet y la facilidad con que a través de este medio es posible acceder a datos sobre farmacopea.

Este riesgo es el del “médico invisible” que receta medicamentos sin control ni responsabilidad, facilitando inclusive su compra a nivel internacional y su llegada a cualquier persona por correo, en especial cuando ésta es hipocondríaca, enfermedad por la cual cree tener una enfermedad grave, lo que modifica su conducta pudiendo llegar a una riesgosa automedicación basada en su interpretación de síntomas.

Se suman a esta situación las recomendaciones de amigos, conocidos y parientes, que destacan las bondades de tal o cual producto medicinal, el cual fue consumido por alguien con resultado positivo. Pero ésta puede haber sido una situación distinta, con un cuerpo diferente, lo que no es considerado en los comentarios y recomendaciones.

El “médico invisible” forma en cada hogar afectado un botiquín en el cual se amontonan medicamentos sin consumir o a medio consumir, muchas veces comprados “por las dudas”, sumando otro factor de riesgo: no prestar atención a la fecha de caducidad, conservando el producto a pesar de que esté vencido.

Así, este arsenal está a mano ante cualquier dolencia, guiándonos por uno de los mencionados consejos, a lo que suma la dificultad de leer el prospecto, que tiene palabras difíciles y letra pequeña.

 

 

Saber usar el botiquín

 

El botiquín de urgencia es imprescindible en todo hogar; sin embargo, es imprescindible discernir entre productos con o sin vencimiento.

Entre estos últimos, por ejemplo, están el alcohol, vendas, gasas y algodón, que pueden estar muchos años sin ser utilizados, lo que no ocurre con aspirinas o productos específicos.

Hay dos tipos de botiquín de urgencia.

El primero es el normal, con productos elementales para iniciar la ayuda ante un accidente o complicación, mientras que el segundo está orientado al tratamiento específico de un cuadro clínico ya conocido por el paciente y personas cercanas, pudiendo iniciar el tratamiento ya indicado por un médico hasta que éste llegue. En este botiquín deben estar solamente productos con recomendación médica y se debe verificar regularmente que los remedios estén dentro de la fecha de vencimiento.

Un hecho alarmante es que debido a la facilidad ya mencionada para comprar medicamentos por internet muchas familias pasan del primer tipo de botiquín al segundo sin asesoramiento profesional, lo que trae riesgos que se pagan con el riesgo de complicaciones en la salud.

 

 

Salud y responsabilidad

 

Si las familias toman conciencia de estos riesgos y manejan las situaciones de urgencia en la salud con cuidado y responsabilidad, se habrá dado un gran paso en la prevención de enfermedades.

Para ello es imprescindible recurrir al profesional cuando sea necesario, comprando medicamentos sólo con prescripción médica, verificando sus fechas de vencimiento, sin confiar en propuestas milagrosas que nos llegan por la Web pretendiendo reemplazar a quien ha estudiado en una universidad para estar al servicio responsable de nuestra salud. Alberto Auné

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